Detrás del arcoiris

Cuando el tiempo deje de morderme los labios y la sed divina desemboque en el mar de las posibilidades, 
se abrazarán mis palabras con la suavidad del viento, 
penetrarán entre lo oscuro, rígido e inmóvil, 
en lo fogoso de lo cautivo,
descubriendo la pureza de lo interminable, 
hallando el eclipse de lo incurable